jueves, 3 de febrero de 2011

La calidez del hielo

Afortunadamente incluso en invierno se puede seguir haciendo fotografía de Naturaleza , pués pese a la adversidad del tiempo y menor horas de luz , hay interesantes motivos fotográficos como el hielo . En el periodo invernal acercarse a cualquier curso de agua donde las temperaturas bajen algunos grados por debajo de cero , para quien fotografía la Naturaleza és una opción que puede dar muchas satisfacciones pués las posibilidades compositivas que ofrece el agua en estado sólido son infinitas .


Cinco , diéz o quince grados por debajo de cero son los mismos grados en todas partes pero las sensaciones no son las mismas quitando el hielo de la luneta de nuestro vehículo cuando vamos a trabajar que cuando uno se encuentra a gusto fotografiando motivos helados en la Naturaleza . Tan sólo és cuestión de abrigarse bién , dejarse llevar por el espectáculo y sentir la calidez del hielo ... las personas nos adaptamos bién a los rigores térmicos si hacemos las cosas por gusto ... hay quién és capaz de achicharrarse cada verano por conseguir un bonito bronceado .


Conozco a varias personas que disfrutan fotografiando el hielo y que en esa situación llegan a perder la noción del tiempo , como mi amigo Salva , que además de fotografiar la Naturaleza , és viajero , ornitólogo , artista polifacético pués compone música , hace escultura , pinta o escribe ... el caso és que leí lo que había escrito sobre el hielo y és lo que me ha motivado a publicar esta entrada . Los dós siguientes párrafos en cursiva son de Salva , a mí me parecen geniales y recomiendo su lectura detenidamente .


Se ha dicho hasta la saciedad que hay otros mundos , pero están en este . Para mundo aparte , el del hielo, un filón infinito para el fotógrafo de naturaleza : Es como si el agua no supiese congelarse dos veces del mismo modo pués cualquier cambio en la humedad ambiente, en la velocidad del viento o del agua corriente, cualquier variación en la temperatura, incluso en la composición mineral del líquido elemento, esculpe resultados distintos que, al combinarse entre sí, pueden parir desde las más redondeadas formas a los más erizados nidos de púas. Y de la absoluta transparencia a una notoria opacidad. Además tenemos el efecto acumulativo cuando se siguen varios días de bajas temperaturas y se forma capa tras capa sobre cauces de nivel variable, horas de fundición solar, una ligera nevada, salpicaduras en una cascada... No solo vemos meros objetos pues la luz transforma las apariencias y los colores; azules en la sombra, reflejos al sol... Finalmente el hielo pasa por el filtro subjetivo de la visión, híbrido de fascinación y borrachera. Cuando por último captas la imagen de una ínfima fracción de las maravillas que te rodean, has seleccionado de forma mayormente inconsciente (quizás de otro modo  fuese imposible decidirse) un solo aspecto, transitorio en el tiempo, limitado en el espacio y captado desde un ángulo de entre todos los posibles. Por muchas fotos que hagas, más son las que - aun siendo hermosas y/o interesantes - se quedarán sin hacer. Las pasas por alto porque los humanos somos seres limitados. Pero el hielo no.


Cualquier motivo (mineral, paisaje e incluso personas) es susceptible de ser abstraído por sus partes o mediante audaces enfoques. Sin embargo, para mí que el hielo es abstracción per se; todo él planos, formas, volúmenes, texturas, ritmos, reflejos y transparencias. Para definirlo tendríamos que crear una jerga a medio camino entre la de los taurinos y la de los enólogos. Así, podríamos hablar de una formación histérica pero moderada de aristas, turbia transparencia y destellos romos. O de una plancha dulce, plasticosa y muy picada de burbujas, con fondo velado de carmelas estroboscópicas. Pero recordemos que esa visión sibarítica del hielo no invalida otras más sencillas; Los niños y las marujas, tipos humanos naturalmente refractarios a la abstracción, disfrutarán adivinando objetos concretos: "¡Mira, mira, una cabeza de rata con orejas de burro...!", "Es como una cara y además me suena... ¡ El tito Antooonio !". La verdad es que, lo mires como te lo mires, el hielo no te lo acabas.